Los camiones

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Durante los días 19, 20 y 21 de julio, las órdenes del gobierno republicano al coronel Moscardó eran el rápido envío de municiones de la Fábrica de Armas de Toledo a Madrid.


"Por la mañana llamaron por teléfono al Coronel Comandante Militar desde Madrid, diciendo lo hacia el Jefe de Servicio del Ministerio de la Guerra, y ordenando se enviasen a "Madrid todas las municiones disponibles en la Fábrica, previa la requisa de camiones, no cumplimentándose esta orden, por esperar su confirmación por telegrama cifrado, dada la gravedad de la ordenado."
Diario de operaciones del Alcázar de Toledo - 19 Julio 1936.


El coronel tras negarse varias veces utilizando todo tipo de recursos para ganar tiempo, insistió con diferentes excusas como podemos leer en el libro ''La defensa del Alcázar de Toledo'' de Jose Mª Barranco Gil. 


"- ¿De dónde voy a sacar los camiones necesarios para transportar esta gran cantidad de
cartuchos? En nuestro poder sólo hay un par de camiones viejos.
La respuesta no se hizo esperar:
- Hoy sale hacia Toledo el número suficiente de camiones para que, sin pérdida de tiempo,
transporten el material hacia Madrid."

"Los camiones llegaron apenas transcurridas dos horas del anuncio de su llegada.
 En aquel momento, el coronel Moscardó debía jugarse el «todo por el todo».
 En presencia suya y de Soto (militar encargado de la fábrica),
los camiones fueron cargados, pero, al iniciar el viaje de vuelta, conminados los conductores por
la orden del jefe,- el cargamento equivalente a setecientos cincuenta mil cartuchos quedó en el
Alcázar, continuando el resto viaje a Madrid."


Seguramente alguno de esos camiones que no volvieron a Madrid y que subieron hasta las inmediaciones del Alcázar fueron requisados por los milicianos en los días siguientes (incluyendo los camiones que utilizaron los grupos de la guardia civil para llegar a Toledo de los cuales varios fueron reutilizados por los sublevados como barricadas y amontonados para taponar pasos en los alrededores del Alcázar).


Camiones atravesados al final de la Cuesta de Carlos V durante las primeras semanas del asedio.

Detalle.

También desde Madrid, partió en camiones y vehículos requisados la columna de Riquelme, formada por unos 2500 hombres entre guardias de asalto, dos compañías de infantería y varios grupos de milicianos madrileños además de una batería de 105 mm.



Repartiendo comida desde un camión en el Paseo del Miradero.

El pintor Luis Quintanilla también nos relata hechos donde menciona unos camiones que el mismo había mandado desde el Cuartel de la Montaña con tropas de infantería.


"En los primeros días del caluroso agosto de 1936, por orden del Ministerio de la Guerra, envié a Toledo una compañía de ciento cincuenta hombres adiestrados y armados en el Cuartel de la Montaña; la mandaba un ex guardia de asalto ascendido a teniente. Los cinco camiones que les llevaron no regresaban, a pesar de nuestras llamadas telefónicas, y la contestación de que lo harían al día siguiente, me decidí ir a Toledo."



En esos primeros ''pacíficos'' días del asedio, las calles estaban abarrotadas de milicianos, que fusil en mano charlaban entre ellos, fumaban, dormitaban, jugaban a las cartas y muy ''poca'' acción parecía verse entre sitiados y sitiadores.


"Unos milicianos de los que mandamos del Cuartel de la Montaña, me reconocieron y saludaron. Les pregunté por los camiones, y me contestaron que todos estaban muy contentos con ellos, pues iban a los pueblos de la provincia a buscar comestibles, vino y buen pan."


Después de encontrarse con el comandante Uribarri (el autor se confunde en el texto y nombra a Ulibarri) que era el oficial al mando del sitio a la fortaleza, Quintanilla comunicó su intención de volver a la capital con los camiones. 


"Dije a Ulíbarri que aquella tarde volverían los camiones al Cuartel de la Montaña, y casi me suplicó de rodillas que no lo hiciese, pues era la principal diversión de los milicianos que no estaban de servicio en el cerco del Alcázar; esperar su regreso con los variados comestibles, regalados por los campesinos en fraternidad con los combatientes contra el fascismo. 
Ya habían escrito en los camiones "Unión de Hermanos Proletarios".
 Le repliqué a Ulíbarri que mejor servicio prestarían en la movilización de Madrid, y sin discusión saldrían delante de mi los camiones.``


Camiones aparcados en la calle Taller del Moro.
En uno de ellos se puede leer en su lateral las iniciales UHP.
Unión de Hermanos Proletarios.

Detalle de la inscripción en uno de los camiones.


Los camiones volvieron a Madrid ese mismo día junto al coche de Luis Quintanilla.


"Formada la caravana de los cinco camiones, salieron delante de nosotros camino de Madrid. Fuera de Toledo les pasamos."


El modelo de los camiones de la fotografía es muy probable que sea un Ford AA Mod.1929.


Restauración de un Ford AA Mod. 1929 por el Grupo de Recreación Histórica del Ejército del Ebro.


http://eventosportalhistoria.blogspot.com.es/2012/12/ejercito-del-ebro-restaura-un-ford-aa.html


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